Después de un aborto, sea espontáneo o inducido, algunas mujeres pueden presentar molestias en los senos por la activación de dos hormonas, denominadas prolactina y oxitocina, que interactúan entre sí para la producción y expulsión de la leche materna.
Esta activación, puede darse incluso durante el embarazo, en el que algunas mujeres comienzan a botar pequeñas gotas de leche; sin embargo, lo normal es que este proceso inicie después del parto.
Algunas de las molestias más frecuentes, relacionadas con la producción de leche materna, bien sea después del parto o un aborto, son la ingugitación mamaria (acumulación de líquido en los pechos), dolor, inflamación, fiebre y secreción de leche; esto es completamente normal y ocurre como una respuesta del organismo ante el embarazo.
Estos síntomas suelen aparecer a partir de las semanas 15 a 17 de embarazo y pueden desaparecer a una semana después de la interrupción, para ello se deben tomar en cuenta las siguientes recomendaciones y así evitar molestias mayores:
- Tomar una ducha de agua caliente para facilitar la expulsión de la leche y así aliviar un poco la presión en los senos, dejando que corra el agua por al menos 10 minutos.
- Para la inflamación se recomienda colocar en los senos una bolsa de hielo por algunos minutos, esto no solo ayudará con la inflamación sino también con el dolor.
- En caso de presentar mucho dolor, tomar ibuprofeno cada 8 horas.
- Usar ropa íntima cómoda que no presione el pecho.
- Extraer un poco la leche, solo hasta sentir más alivio, no hasta vaciar. Este proceso lo puedes hacer de manera manual colocando el dedo pulgar arriba del borde de la aéreola y el índice debajo del borde de la areola y presionar varias veces, así mismo en los bordes laterales de la areola.
- En el caso de que haya pasado más de dos semanas y aún siga produciendo leche, consultar con un médico para tomar pastillas inhibidoras de la lactancia.
En conclusión, es completamente normal que después del aborto, el cuerpo interprete que es momento de prepararse para lactar, no sabe que ya no es necesario e inicia el proceso de producción de leche; está situación puede afectar a algunas mujeres no solo físicamente, sino también emocionalmente, por lo que además de estás recomendaciones, sería indispensable el acompañamiento psicológico.