Todos los 19 de noviembre de cada año, se celebra el Día Mundial de Prevención Contra el Abuso Sexual Infantil, con el objetivo de hacer un llamado de atención a los gobiernos y sociedad en general, para hacer frente a esta situación, juzgar a los agresores y tomar acciones que procuren el resguardo de las niñas y niños.
Sin duda, el abuso sexual infantil es uno de los crímenes con mayor impunidad a nivel mundial, esto ocurre, en gran medida, por los siguiente:
No se les cree a las niñas o niños que se atreven a hablar.
No se atienden las señales de alerta de manera adecuada.
Las niñas y niños sobrevivientes, no hablan por temor a las consecuencias que se pueden generar o por amenazas directas del agresor.
Complicidad intrafamiliar para con el agresor; en ocaciones la familia prefiere no creer por tratarse de alguien cercano.
Según , el informe de la UNICEF, titulado «Ocultos a plena luz» 120 millones de niña y niños de 190 países del mundo, han sufrido abuso sexual , lo que pudiera considerarse como una verdadera pandemia.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que, uno de cada cinco menores, sufre abuso sexual antes de los 17 años.
Estas cifras representan una alerta que hay que atender de manera urgente por parte de los gobiernos del mundo y en la sociedad general, estar pendientes de las señales.
En el caso de las niñas y niños menores de 3 años, es complejo detectar el abuso sexual, porque hay formas de violencia que no dejan ningún tipo de evidencia física. Sin embargo, existen algunas señales de alerta que muestran las niñas y niños que se deben atender, a saber:
1. Tiene cambios bruscos de personalidad y estados de ánimo: ejemplo, si normalmente La niña o niño es alegre, posterior el abuso sexual se mostrará triste, irritable y/o pensativo. También puede ocurrir que exagero o intensifique su propio patrón de comportamiento, es decir, si es hiperactiva o hiperactivo, se mostrará aún más de esa forma.
2. Presenta cambios en sus hábitos de alimentación: la niña o niño manifiesta pérdida de apetito, no mostrando interés ni siquiera en sus alimentos favoritos o por el contrario está comiendo de manera excesiva, fuera de lo normal.
3. Muestra adversión y miedo por algunos lugares o personas: no quiere ir a lugares donde antes había ido sin problemas o saludar a personas a las que antes saludaba normalmente.
4. Manifiesta actitudes hipersexualizada: dice o hace cosas vinculadas al sexo que no son acordes a su edad, ejemplo hacer comentarios inapropiado, dibujar los genitales o posiciones eroticas, jugar con los juguetes simulando el sexo o bailar de manera exagerada.
5. No controla esfínteres: se orina en la cama por las noches, cuando antes no lo hacía.
6. Desarrolla algunas señales físicas: empieza a tener infecciones de orina, enrojecimiento o irritación en los genitales, moretones en el cuerpo o autolesiones como rasguños y pérdida del cabello.
En conclusión, es importante atender todas y cada una de las señales, hablar con las niñas y niños al más mínimo indicio de abuso. Como cuidadores de la vida, tenemos que darle la confianza para que puedan decir lo que les está pasando y sobre todo creerles, las niñas y niños siempre dicen la verdad.
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