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Maternidad deseada vs. maternidad forzada

Se habla de maternidad deseada cuando una mujer tiene aspiraciones de gestar y convertirse en madre. En algunos casos, este proceso se realiza de forma programada y en otros no, lo que quiere decir que, la maternidad deseada no siempre es resultado de un embarazo planificado, pero sí del querer.

En cambio, la materia forzada está relacionada con un embarazo que no fue deseado y que además, pudo ser consecuencia de una relación sexual violenta, sin protección o por el fallo de un método anticonceptivo.

A todas luces, la maternidad forzada es una forma de violencia contra la mujer y una violación a sus derechos sexuales y reproductivos, principalmente, por no poder acceder a un aborto libre, gratuito y seguro.

En muchos países de Latinoamérica y el Caribe, el aborto es prohibido y está penalizado, está política de anti derechos, viene obligando a muchas niñas, adolescentes y mujeres a poner en riesgos sus vidas con la práctica de abortos inseguros o llevar a termino los embarazos.

Mientras, la maternidad desea, se experimenta como una experiencia agradable, placentera y feliz, las mujeres sometidas a la maternidad forzada son revictimizadas, afectando sus vidas y su salud de forma general.

Se considera inadmisible que no se le permita abortar de forma legal y dentro del sistema público nacional de salud a una niña, adolescente o mujer que haya sido violentada sexualmente, sencillamente, es una política que no sólo pone en riesgo la vida de las mujeres, sino que además pone en riesgo la vida de las infancias.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “en el año 2019, se calcula que las adolescentes de entre 15 y 19 años de países de ingresos ingresos medios bajos, tenían 21 millones de embarazos al año, de los cuales el 50% eran no deseados”.

Lo que quiere decir que gran parte de las mujeres que ejercen la maternidad forzada, son niñas y adolescentes, generando con esto un continuo incremento de la pobreza, la violencia y desigualdad de género.

Finalmente, no hay comparación entre criar a un hijo o hija deseado con criar a un hijo o hija producto de una violación o embarazo no deseado. La maternidad debe ser deseada o no ser, para ello es necesario que las mujeres podamos contar con políticas públicas que garanticen nuestro acceso a la salud sexual y reproductiva, sin menoscabo de nuestra integridad física y mental.

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