AcompañarlasBlog

Abuso sexual infantil: una realidad con millones de víctimas

El abuso sexual infantil, no es más que una forma de violencia que se produce cuando un adulto o persona con mayor poder, obliga a una niña o niño, a realizar algún tipo de acto sexual, bien sea por la fuerza o a través de la manipulación; siendo que el abuso puede darse con o sin contacto físico.

El artículo 19º de la Convención sobre los Derechos de los Niños y niñas y la Observación General N° 13 del Comité de los Derechos del Niño, define violencia como “toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual mientras el niño o niña se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.

En este sentido, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) establece que la violencia sexual infantil también tiene que ver con:

  1. Incitación o coacción para que una niña o niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal o psicológicamente perjudicial.
  2. Utilización de una niña o niño con fines de explotación sexual comercial.
  3. Utilización de una niña o niño para la producción de imágenes o grabaciones sonoras de abusos sexuales.
  4. Esclavitud sexual.
  5. Explotación sexual en el turismo.
  6. Trata y venta de niñas y niños con fines sexuales.
  7. Matrimonio forzado.

De igual manera, es importante destacar que existen una serie de elementos por los cuales el proceso para identificar y visibilizar la violencia en niñas y niños es limitado, generando pocos registros estadísticos que sustenten la gravedad real de este fenómeno.

Respecto a este tema, la UNICEF, en una publicación del año 2014, titulada «Un análisis estadístico de la violencia contra las niñas y niños», plantea que existen tres elementos por los cuales obtener cifras reales ha sido todo un desafío y que, actualmente, representan un reto para los países, a saber:

  1. Formas de violencia que son socialmente aceptadas o no percibidas como violentas o perjudiciales y, por lo tanto, no son registradas o reportadas.
  2. Debido a su edad o situación de vulnerabilidad, las niñas y niños, que han sufrido violencia, nunca o escasamente reportan formalmente ser víctimas de la violencia.
  3. La misma falta de datos, crea la percepción de que la violencia en contra de las niñas y niños, es un tema de menor magnitud.

En consecuencia, tenemos que la violencia y abuso infantil es un tema subestimado por falta de datos y registros estadísticos consistentes que permitan visibilizar la gravedad de este asunto.

Sin embargo, esta misma organización, en el año 2018, reportó que «más de 1.1 millones de niñas, niños y adolescentes en Latinoamérica han sufrido violencia sexual en algún momento de su vida», resaltando que la mayoría de los casos son intrafamiliares y no se denuncian en los organismos competentes.

De donde viene el abuso infantil:

Por lo general, las niñas, niños y adolescentes que son víctimas de abuso sexual, callan por miedo, culpa o vergüenza; pueden llegar a sentirse cómplices, humillados y estigmatizados. También, ocurre que son amenazados por el victimario que bien pudiera ser un familiar, persona cercana o extraño.

Según la revista digital Medlineplus, «la mayoría de los abusadores conocen a la niña o niño de quien abusan. Pueden ser amistades de la familia, vecinos o cuidadores. Casi una tercera parte de los abusadores tienen un parentesco con los niños y la mayoría de los abusadores son hombres».

Por su parte, la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil de EEUU, en un documento titulado «Cuidando a los niños, lo que los padres deberían saber», plantean que:

«A menudo los abusadores sexuales no usan fuerza física y pueden utilizar juegos, engaños, trucos u otros métodos de chantaje para engatusar o engañar a los niños y mantenerlos callados».

De igual manera, este documento destaca que «los abusadores sexuales suelen usar tácticas persuasivas y manipuladoras para engatusar a los niños. Estas tácticas – conocidas como “preparación” (en inglés llamadas child grooming) – pueden incluir comprarles regalos u organizar ciertas actividades especiales, lo cual puede confundir aún más a la víctima».

En consecuencia, la niña o niño abusado por un familiar cercano, a quien pueda tenerle cierto respeto o estima, está atrapado por distintos sentimientos, por lealtad o miedo hacia el abusador, cree que si habla sobre lo ocurrido, consiga generar consecuencias graves para sí y para su familia.

Signos de abuso sexual infantil:

Existen algunos indicativos que pudieran acércanos a conocer si una niña o niño ha sido abusado sexualmente, éstos se expresan, especialmente, en la conducta del infante. A continuación, algunos signos de abuso sexual en niñas y niños:

  1. Miedo.
  2. Insomnio.
  3. Pesadillas.
  4. Baja autoestima.
  5. Irritabilidad o enojo.
  6. Déficit de atención.
  7. Llanto sin motivo aparente.
  8. Orina la cama mientras duerme.
  9. Depresión, ansiedad o ataques de pánico.
  10. Dificultades para relacionarse con otras personas.
  11. Constantes dolores de: cabeza, estómago o fatiga.
  12. Desinterés. Se niegan a ir a la escuela o hacer lo que les gusta.
  13. Uso excesivo de video juegos o ansiedad de comer a cada rato, entre otras, todo para distraer su mente y tratar de olvidar.

Si tienes sospechas de que alguna niña o niño pueda estar siendo abusado sexualmente, es importante que evalúes si presenta algunos de estos signos, trates de acercarte a ella o él y hacerle saber que no tiene la culpa de lo que le pasó, acompañarle, ofrecerle protección y garantía de que no seguirá ocurriendo.

Consecuencias psicológicas del abuso sexual infantil:

Un estudio, realizado por estudiantes de psicología de la Universidad Católica «Ntra. Sra. de la Asunción» identificó las consecuencias psicológicas, a largo plazo, del abuso sexual, en un grupo de niños atendidos en el Centro de Menores del municipio de Artemisa (Cuba), concluyendo que:

«Las principales consecuencias psicológicas encontradas se agrupan en cinco categorías: problemas emocionales, problemas de relación, problemas funcionales, problemas de adaptación y problemas sexuales» (Ver tabla 1).

El abuso sexual infantil es una realidad mundial, que afecta a millones de niñas y niños cada año, violencia cuya consecuencias son desgarradoras, la verdad, es que se pierden de vista los efectos que puede generar para la vida y desarrollo de las personas, más en aquellos casos donde no haya habido ningún tipo de acompañamiento psico-emocional.

Mientras nuestras niñas y niños sigan siendo abusados, mientras no haya justicia para ellas y ellos, no habrá paz. Por ello, es necesario denunciar la violencia, venga de donde venga, así como ofrecer la contención amorosa y brindar ayuda psicológica especializada a la niña o niño abusado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *