Desde el primer momento en el que se comienza a tener relaciones sexuales, tenemos que considerar que, de no existir ningún método anticonceptivo, en cualquier momento se puede generar un embarazo.
En este sentido, es sumamente importante que investiguemos acerca de los distintos métodos que existen para la anticoncepción y elijamos uno que esté acorde a nuestras necesidades, tomando en cuenta su efectividad y disponibilidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “los preservativos son el único método anticonceptivo que puede evitar tanto el embarazo, como enfermedades de transmisión sexual”.
Por consiguiente, la OMS asegura que “el uso de anticonceptivos, fomenta el derecho de las personas a decidir el número de hijos e hijas que desean tener y el intervalo de tiempo entre cada embarazo”.
¿Qué es la planificación familiar?
La planificación familiar es un derecho humano en el que toda persona puede gestionar su salud sexual y reproductiva, en función de disfrutar de su sexualidad de una forma saludable, responsable y sin riesgos de enfermedades o embarazos no deseados.
Por otra parte, la planificación familiar permite a las personas, solas o en pareja, decidir cuantos hijos tener, en qué edad o memento de la vida y en qué intervalo de tiempo tener uno y otro, en función de respetar el espacio de recuperación de la mujer y el cuidado necesario para bebé.
Si estas en pareja, es importante que, en cuanto al método anticonceptivo, tomen las decisiones de mutuo acuerdo, como también en el momento para tener hijas e hijos; de manera que, la planificación les permitirá tener una mejor calidad de vida.
En caso de no tener pareja estable, también es necesario velar por nuestra salud sexual y reproductiva, llegando a acuerdos claros con las personas frecuentadas sexualmente, para evitar embarazos no intencionados y enfermedades de transmisión sexual.
Elegir un método:
La planificación familiar, inicia con la selección de un método anticonceptivo; este proceso, requiere de investigación, asesoramiento y experimentación. En este sentido, te recomendados cumplir con los siguientes pasos:
1. Investigar respecto a los distintos métodos anticonceptivos, cómo funcionan, sus efectos secundarios, sus contraindicaciones y su eficacia en la prevención de embarazos y enfermedades.
2. Acudir a una consulta ginecológica, en la que puedas asesorarte sobre el método más recomendable para ti, resolviendo tus dudas e inquietudes.
3. Elegir un método anticonceptivo, acorde a tu cuerpo, que sea fácil de usar, no invasivo, no genere tantos efectos secundarios y tenga un alto porcentaje de efectividad.
4. En el caso de que el método seleccionado genere malestares y efectos secundarios, se recomienda no abandonarlo sin antes definir otra forma de anticoncepción, porque puedes correr riesgos.
En algunas culturas, la anticoncepción está supeditada a la mujer, es decir, que las mujeres son las que deben prevenir quedar embarazadas; esta creencia es completamente errónea.
Sucede que, de veinticinco métodos anticonceptivos aprobados por la OMS, solo dos métodos son para uso de los hombres. De manera que, mientras para las mujeres existen píldoras, inyecciones, dispositivos intrauterinos (DIU), ligaduras, entre otros; para los hombres solo existe el preservativo y la vasectomía.
Esta es una realidad que pone en evidencia el poder o la influencia patriarcal en el establecimiento de los métodos de anticoncepción para el cuidado de la salud sexual y reproductiva, completamente desigual y desequilibrada. Sin embargo, esto no quita responsabilidad a los hombres en la transmisión de enfermedades o embarazos no deseados.
En conclusión, la anticoncepción constituye una herramienta que permite incluso salvar vidas y avanzar como sociedad en mejorar la calidad de vida de las personas. Como individuos tenemos que hacernos responsables de nuestra salud sexual y reproductiva y, ser conscientes del derecho a decidir si concebir o no y en qué momento hacerlo, de eso se trata.