Uno de nuestros propósitos, como organización feminista, tiene que ver con superar las barreras que existen en el acceso a un aborto libre y seguro en Venezuela, por lo que cada paso que damos o cada acción que ejecutamos, van orientadas en esa dirección, desde el reconocimiento del poder popular que reside en todas las mujeres venezolanas y la certeza de vivir en un país libre.
Durante el año 2022, fueron atendidas, orientadas y acompañadas más de 700 mujeres en todo el territorio venezolano, lo que nos llena de mucha alegría, fe y esperanza, porque este resultado forma parte de todo el esfuerzo de un colectivo de mujeres unidas, desde de la ética feminista, por el cuidado de la vida y la lucha contra el patriarcado.
Dentro de los indicadores de atención recopilados durante el 2022, tenemos que según el rango etario, las atenciones fueron realizadas de la siguiente manera: 91% mujeres mayores de 19 años de edad, 6% de 16 a 18 años y 3% menores de 15 años. Por otra parte, según el tiempo de gestación, el 74% de los acompañamientos fueron a mujeres de 5 a 9 semanas y el 26% entre 10 y 14 semanas.
Escuchando las historias y leyendo los mensajes de agradecimientos de las mujeres por el acompañamiento recibido, evidenciamos que la mayoría estuvieron seguras y confiadas de realizar la interrupción del embarazo, motivadas principalmente por la necesidad de darse la oportunidad de continuar con sus estudios y proyecto de vida.
Detrás de esta cifra, están las historias de las mujeres de la clase trabajadora que pudieron contar con nuestro asesoramiento, sin juicios ni estigmas, que pudieron tener de primera mano, información confiable para el acceso a un aborto seguro y tomaron decisiones con argumentos reales basados en la evidencia científica.
En un contexto como el nuestro, donde el acceso al aborto es penalizado, muchas mujeres se ven obligadas a abortar de manera insegura, sometiéndose a procedimientos invasivos y poco confiables que ponen en riesgo su vida; por otro lado, están los altos costos en el acceso a un aborto seguro, a los que sólo pueden acceder las mujeres ricas.
La penalización del aborto nos criminaliza a todas las mujeres, en especial a las mujeres empobrecidas que no cuentan con los recursos, orientación ni acceso a métodos anticonceptivos, que tampoco tienen acceso a un aborto seguro porque no pueden pagarlo y que además terminan teniendo más crías de las que ellas saben, responsablemente, que no van a tener la capacidad ni económica ni emocional de afrontar.
En este sentido, vemos el acompañamiento como una forma de re-existir colectivamente ante el individualismo, la misoginia y el machismo. Al acompañarnos, como mujeres, vamos sanando las heridas que por muchos años el sistema patriarcal capitalista ha dejado a través de la violencia machista y discriminación.
En conclusión, durante el año 2023, seguiremos en nuestra misión de cuidar la vida de las mujeres, empoderándonos entre nosotras y perfeccionando la metodología de atención y procedimientos, queremos llegar a muchas más personas y lograr que en Venezuela podamos contar con el acceso al aborto libre y seguro.